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Pbro. Ramón Vinke – ¿Que dijo la Conferencia Episcopal Venezolana?

¿Qué dijo la Conferencia Episcopal Venezolana?
Por Ofelia Avella -Agosto 23, 2020.
He leído y releído lo que escribió la CEV y me parece que los obispos fueron muy claros. José Ignacio Hernández hizo un buen resumen en un tweet: “El comunicado de la presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana tiene dos conclusiones muy sólidas: (i) las elecciones parlamentarias convocadas son ilegítimas y (ii) frente a ello, no puede asumirse una posición meramente pasiva. La mera abstención no es estrategia”.

Si los obispos no hablaron de las “condiciones” que hay que poner al régimen ante un eventual proceso electoral no es porque no sepan que estas condiciones son necesarias. Pienso que solo hicieron un llamado a la unidad de la oposición, pues ¿de qué condiciones van a hablar si nosotros estamos divididos? ¿Cómo puede hablarse de exigencias al régimen si entre nosotros hay muchos que no creen en un proceso electoral, otros que sí consideran que esa es la vía, otros que están esperando la intervención extranjera, otros un golpe militar y muchos en el medio que no tienen ni idea de qué hacer? Mis hijos me preguntan qué hacer; mis alumnos también. Todos parecemos náufragos perdidos en un mar de confusión sin saber hacia dónde mirar.

Los obispos han dicho lo que había que decir: no hemos logrado ponernos de acuerdo sobre lo que hay que hacer y ante esta gran encrucijada, ¿qué otra cosa pueden decir sino lo que dijeron? Si las ovejas están todas desperdigadas, como Quijotes con sus planes individuales luchando en principio por lo mismo, ¿cómo no va a ser más fácil que el lobo se coma a una mientras el resto se dispersa sin darse siquiera cuenta de a cuáles se va comiendo en el caos?

Lo primero que dijeron es que han hecho varios llamados ante los sufrimientos del pueblo. Dijeron también que la abstención no basta, pues se trata de ser activos. El llamado a la conciencia de los políticos provocó fuertes reacciones, pero si son mínimamente humildes, tendrían que reconocer que el comunicado pone de relieve la gran verdad de la dispersión y del caos que vivimos: no estamos unidos en torno a ningún plan y el tiempo apremia.

Del comunicado no se desprende una subestimación de los años de cárcel de muchos, ni de las injusticias sufridas, ni del exilio de otros. La Iglesia conoce de cerca el sufrimiento de todos y como pastores de su grey cargan con sus necesidades y escuchan sus confesiones. La verdad es que conocen bien lo que los hombres llevamos dentro. Lo único que han dicho es que el pueblo entero sufre. Venezuela entera está fragmentada (como podría decir Tomás Straka). Parece un país archipiélago (como podría decir Elías Pino). Y refleja bien a un Cristo doliente, con los huesos dislocados, las heridas abiertas, un rostro cubierto de escupitazos y blasfemias, burlas e ironías, insultos y mentiras, que asume todas nuestras miserias y mezquindades (como veía Juan Pablo II a su Polonia sufriente).

Pienso que no es momento de buscar culpables, ni de medir quién ha sufrido más que quién, porque todos hemos sufrido de diversos modos. Algunos dolores son físicos y tangibles, como el hambre, las torturas de los presos políticos, la muerte de tantos en las protestas y el agotamiento de todos y cada uno. Otros sufrimientos son invisibles y serán conocidos por pocos o incluso solo por Dios. El político es, además, un servidor del pueblo. Al menos eso espera la gente. Esa es la expectativa de todos. Y un servidor sufre de buena gana por la gente por la que trabaja y si el fin es Venezuela, si de verdad ese es el objetivo de todos nuestros esfuerzos, ¿por qué medir ahora quién ha sufrido más que otros?

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COMUNICADO SOBRE LA SALUD DE MONS. JUAN DE DIOS,por parte del Pbro. Henry Obando, Gobernador Eclesiastico de la Diocesis – San Carlos del Zulia.

Hermanos he recibido información sobre la salud de Monseñor y los médicos dicen que está mejorando. Su estado de respiración ha mejorado mucho de un 100% Ya alcanza el 80% es en lo que los médicos también se enfocan. Monseñor tiene un grado de recuperación estable… Se están buscando algunos medicamentos directamente en Mérida. Desde ya agradecimiento muy especial al Cardenal (Emmo Mons. Baltazar Porras, Arzobispo Metropolitano de Mérida y Administrador Apostólico de la Arquidiocesis de Caracas) que ha estado muy pendiente, a Monseñor Luis Enrique Rojas (Obispo auxiliar de Mérida) y a los hermanos sacerdotes de la Arquidiócesis que estiman y también están muy preocupado por la salud de Monseñor. Qué difícil se nos hace trasladarnos hasta Mérida, sabemos las circunstancias. Y que bueno que están apoyando a nuestro Pastor. Hermanos sigamos Unidos en la Oración.
Pbro. Ramón Vinke

Con Jesús Señor de la Historia. Nº 4 (12 de julio de 2020)

CON JESÚS SEÑOR DE LA HISTORIA – Nº 4 (12 de julio de 2020)

LA CONSAGRACIÓN DE VENEZUELA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

En América Latina, algunas Naciones fueron consagradas al Sagrado Corazón de Jesús: el Ecuador, en 1874; Colombia, en 1902; México, en 1914; el Brasil, en 1931; la Argentina, en 1945; Costa Rica, en 1953… Venezuela fue consagrada al Santísimo Sacramento, en 1899… Por una disposición antigua del Episcopado Venezolano, la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento, se renueva todos los años, el segundo domingo de julio: este año 2020, el domingo 12 de julio.

En realidad, la Consagración de la República de Venezuela al Santísimo Sacramento fue una variante… porque no cabe duda alguna, que las devociones al Sagrado Corazón de Jesús y al Santísimo Sacramento están relacionadas. El Evangelio según San Juan —la pasión en este Evangelio— relata, que estando Jesucristo crucificado, quisieron comprobar si había muerto… Entonces, “uno de los soldados le abrió el costado de una lanzada y al instante salió sangre y agua” (Jn 19, 34), que representan los sacramentos llamados “mayores” de la Iglesia… el agua, que representa el sacramento del bautismo; la sangre, que representa el Sacramento de la Eucaristía. La Eucaristía es un Sacramento salido del costado de Cristo, salido del Corazón de Cristo… Es decir, que incluso bíblicamente, ambas devociones —al Sagrado Corazón de Jesús y al Santísimo Sacramento— están relacionadas…

En el año 1899 promovió el Pbro. Dr. Juan Bautista Castro los actos de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento… Una Junta Nacional, presidida por el Dr. Francisco Izquierdo Martí, propuso “a los Reverendísimos Prelados de la República la Consagración de ésta al Santísimo Sacramento, como parte de las ofrendas que han de hacerse al Divino Salvador para terminar el Siglo presente y empezar el venidero. La piadosa proposición fue aceptada por los dignos Pontífices, y se procedió a organizar la solemnidad”. En Carta Pastoral del 6 de julio de 1899, el Arzobispo anunciaba a los fieles la celebración de los actos: “Todos nos sentimos como envueltos y penetrados por la irradiación de la Divina Hostia y la piedad eucarística se propaga como sagrado incendio que va conmoviendo, unos después de otros, todos los corazones. La vida católica en Venezuela está adquiriendo como una forma y un sello singulares que le viene de la Sagrada Eucaristía de modo que pareciera que algo faltase en toda práctica solemne y pública de Religión cuando no aparece en ella el Dios del Tabernáculo”.

Los actos comenzaron el sábado 1º de julio, al mediodía, cuando la ciudad de Caracas —según relata la crónica del Diario “La Religión”— “se estremeció de júbilo con el repique general de las campanas de sus templos. (…) Desde esa hora todas las ventanas y balcones sacaron a relucir sus banderas, decorándose, además, muchas casas, con cuadros religiosos, imágenes, inscripciones, adornos simbólicos, coronas de flores. Resaltaban entre todas las banderas blancas con franjas rojas, que llevaban grabada una Custodia y esta inscripción: ‘Nuestro refugio está en el Santísimo Sacramento’. (…) Llegó la noche y apareció iluminada toda la ciudad, con las fachadas de los templos y la torre de la Santa Iglesia Me¬tropolitana. Del centro hasta los barrios más apartados se extendía la más variada iluminación, desde la luz humilde del pobre hasta los focos eléctricos que hacían resplandecer el frente de algunas casas e institutos”.

El día propio del homenaje, el domingo 2 de julio, por la mañana, los templos capitalinos “se llenaron con un concurso extraordinario, hombres y mujeres, para recibir la Santa Comunión. Ese espectáculo era sobremanera conmovedor; la distribución del Divino Pan se prolongó en las Iglesias por largas horas, superando estas Comuniones, en mucho, a las del Jueves Santo, que es el día en que se acerca mayor número de fieles a la mesa eucarística. Estas Comuniones fueron como el mello de la solemnidad, la consagración efectiva, íntima, perfecta, de las almas y de los corazones, en el misterioso banquete, (…) A las 9:00 fue la gran fiesta en la Catedral: En ella dejó oír palabra piadosa y elocuente, el Señor Magistral, [Pbro.] Doctor Francisco J. Delgado, mostrando las grandezas de la Divina Eucaristía, y el valor infinito de esta Limosna hecha por la magnificencia de Dios a la pobreza del hombre. La Divina Hostia apareció radiante a la vista del pueblo cristiano en medio de flores y de luces artísticamente dispuestas; una escogida orquesta, dirigida por el hábil Profesor George León, llenaba el sagrado recinto con las armonías religiosas, y el pueblo fiel, en apiñada multitud, asistía reverente al Sacrosanto Sacrificio. A la 1:00 comenzó la Consagración de la ciudad por el orden de sus Parroquias. Los Venerables Párrocos conducían a los fieles y leían con ellos y en nombre de ellos el Acto de la Consagración. La Santa Iglesia Metropolitana resonó durante todo el día con la voz de la súplica y de la alabanza, con hermosas composiciones ejecutadas por la orquesta, con el canto y la plegaria de los sacerdotes y con el regocijo místico que todo esto llevaba al espíritu, y hacía que se exhalara ante el Señor en inmensa gratitud. A las 5:00 de la tarde fue la procesión. Antes de ella, el Ilustrísimo Señor Arzobispo, revestido con los sagrados ornamentos, el Venerable Cabildo Metropolitano, y todo el Clero de la ciudad, se arrodillaron en el presbiterio ante la Sagrada Hostia, y nuestro dignísimo Prelado leyó por sí y en nombre de todos el Acto de la Consagración. En seguida salió la procesión. Se cantó el Te-Deum de acción de gracias, y se dio la bendición, con que quedaron sellados los actos para siempre memorables de tan dichoso día. En la noche, la iluminación fue aún mayor que la precedente, y las calles de la ciudad eran paseadas por numerosas familias, que se gozaban con inocente alegría en las variedades que aquélla ofrecía en todas las avenidas de la capital. El Señor Presidente de la República[, Gral. Ignacio Andrade], consecuente con su fe católica, manifestó sus simpatías por la festividad, haciendo iluminar y adornar la Plaza Bolívar y los balcones de la Casa Amarilla, y disponiendo una retreta la víspera en la misma Plaza”.

Pbro. Ramón Vinke

Con Jesús Señor de la Historia. Nº 3 (5 de julio de 2020)

CON JESÚS SEÑOR DE LA HISTORIA – Nº 3 (5 de julio de 2020)

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DÍA DE LA INDEPENDENCIA DE VENEZUELA

A partir del año 1807 se produjeron unos acontecimientos en España, que suscitaron gran preocupación en los territorios de dominación española en América… Napoleón, Emperador de Francia, engañó al gobierno de España proponiéndole la conquista del territorio portugués con el propósito de repartirlo —entre España y Francia—, suscribiéndose el Tratado de Fontainebleau… Entraron las tropas francesas a España, y entonces salieron a relucir las verdaderas intenciones de Napoleón: de apoderarse de Portugal, ¡pero de España también!

Los americanos —particularmente los de la alta clase social— temían la posibilidad, que los territorios de dominación española en América pasaran a Francia… Temían, que se produjeran en América horrores semejantes a los de la Revolución Francesa. La prisión de Fernando VII, Rey de España, fue entonces el pretexto para sucesivas revoluciones en América: la revolución del 25 de mayo de 1809, en Chuquisaca —Alto Perú, hoy Bolivia—; la revolución del 16 de julio de 1809, en La Paz; la revolución del 10 de agosto de 1809, en Quito; la revolución del 19 de abril de 1810, en Caracas; la revolución del 18 de mayo de 1810, en Buenos Aires; la revolución del 20 de julio de 1810, en Bogotá… Estas revoluciones fueron civiles: los Ayuntamientos, que ejercían localmente la autoridad civil, fueron asumiendo el gobierno de las Provincias… La Independencia de América fue, para comenzar, un proceso civil… que luego irremisiblemente se convirtió en guerra atroz…

De los territorios de dominación española en América, Venezuela, que era una Capitanía General —que era territorio de segunda, pues nunca llegó a ser Virreinato— fue el primero en declarar la Independencia absoluta de España, el 5 de julio de 1811.

En el Acta de Independencia de Venezuela, se hace profesión expresa de la Religión Católica: “Nosotros los Representantes de las Provincias Unidas de Venezuela, poniendo por testigo al Ser Supremo de la justicia de nuestro proceder, y de la rectitud de nuestras intenciones, implorando sus divinos y celestiales auxilios; y ratificándole en el momento en que nacemos a la dignidad que su providencia nos restituye, el deseo de vivir y morir libres, creyendo y defendiendo la Santa, Católica y Apostólica Religión de Jesucristo, como el primero de nuestros deberes. Nosotros, pues, a nombre y con la voluntad y autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de Venezuela, declaramos solemnemente al mundo, que sus Provincias Unidas son y deben ser desde hoy, mas de hecho y de derecho, Estados libres, soberanos e independientes; (…)”.

Declarada la Independencia, el 5 de julio de 1811 —leída y aprobada el Acta—, se dio un plazo de unos días para la firma de la misma… Y, el 15 de julio, la Independencia fue solemnemente jurada por Francisco de Miranda, Simón Bolívar y todas las demás autoridades civiles, militares y eclesiásticas —incluyendo al Arzobispo de Caracas, Iltmo. Sr. Dr. Narciso Coll y Prat—, con la siguiente fórmula: “¿Juráis (…) defender con vuestras personas y con todas vuestras fuerzas los Estados de la Confederación Venezolana, y conservar y mantener pura e ilesa la Santa Religión Católica, Apostólica, Romana, (…), y defender el Misterio de la Concepción Inmaculada de la Virgen María nuestra Señora?”.

¿Por qué juraron los Padres de la Patria por el Misterio de la Concepción Inmaculada de la Virgen María? Caracas, ciertamente, era conocida como la ciudad mariana… En Caracas había una particular devoción a la Inmaculada Concepción: en Caracas existía desde principios del Siglo XVII el Monasterio de las Concepciones —Orden de espiritualidad franciscana, fundada en España por Santa Beatriz da Silva—; el escudo de la ciudad llevaba una orla con la inscripción: “Ave María Santísima sin pecado original concebida desde el primer instante de su ser natural”; la Universidad se preciaba de venerar como Patrona a María en el Misterio de su Concepción Inmaculada… El Gral. José Félix Ribas había atribuido su triunfo en la Batalla de La Victoria del 12 de febrero de 1814 a la protección visible de María Santísima en el Misterio de su Concepción Inmaculada: “La sangre de los ilustres caraqueños derramada en La Victoria y la protección visible de María Santísima de Concepción fueron los que salvaron la Patria en aquel memorable día”.

El Misterio de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María era —y sigue siendo— uno de los emblemas de la Religión Católica, que todo católico consideraba cuestión de honor defender… Con haber jurado los Padres de la Patria la Independencia de Venezuela por el Misterio de la Concepción Inmaculada de la Virgen María, ratificaron su fe católica, su adhesión a la Religión Católica, conscientes de que solo un orden social basado en el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo hace posible “la mayor suma de felicidad posible” —que era lo quería lograr el Libertador Simón Bolívar, según dijo en el discurso de Angostura… Jesucristo nos marca el camino para lograrlo: “Felices serán los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11, 28).

Pbro. Ramón Vinke

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Con Jesús Señor de la Historia. Nº 2

CON JESÚS SEÑOR DE LA HISTORIA – Nº 2 (24 de junio de 2020)

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BATALLA DE CARABOBO

El 24 de junio se celebra un aniversario más de la Batalla de Carabobo, que le dio la Independencia definitiva a Venezuela… Antes de la Batalla, Simón Bolívar se encomendó a la Virgen de Coromoto y José Antonio Páez hizo promesa de dotar a la Villa de Achaguas de una imagen del Nazareno…

Por la correspondencia se sabe, que Bolívar estuvo en Guanare entre el 24 y 25 de mayo de 1821. En Guanare ejercía para entonces el ministerio sacerdotal el Pbro. Juan Vicente de Unda, quien, como Diputado por Guanare, había firmado el Acta de Independencia de Venezuela del 5 de julio de 1811, y conocía a Bolívar, así como Bolívar lo conocía a él. Eran amigos; y, puede tenerse por seguro, que el Pbro. Dr. José Vicente de Unda lo llevó a la Iglesia a orar… Tal era el protocolo para el recibimiento de los grandes personajes en la época: el sacerdote salía a recibir al personaje en las afueras de la población, lo conducía a la Iglesia, para que allí orase un tiempo, antes de que le fuera señalado su alojamiento. Si el Pbro. Dr. José Vicente de Unda llevó a Bolívar a la Iglesia a orar, seguramente también le mostró a la reliquia de la Virgen de Coromoto, encontrándose, como se encontraba, la devoción a la Virgen de Coromoto en pleno apogeo…

Un viajero francés llamado Francisco Depons —el nombre completo es François Raymond Joseph Depons—, que recorrió Venezuela entre 1801 y 1804 —unos veinte años antes de la Batalla de Carabobo—, da testimonio de la intensa devoción a la Virgen de Coromoto en Guanare por esos años: “(…) la Iglesia parroquial es grande, bella y ricamente ornamentada. Una buena parte de su esplendor se debe, a que allí se venera la imagen de Nuestra Señora de Coromoto, cuyas virtudes y milagros me obligan a dar algunos detalles sobre su aparición y sobre la inmensa multitud, que atraída por su devoción viene de las Provincias vecinas a Guanare. Sólo la tradición local había conservado memoria de las circunstancias relativas a la aparición de Nuestra Señora de Coromoto, hasta el 3 de febrero de 1746, fecha en que hallándose en Guanare en calidad de Visitador, el Doctor Don Carlos Herrera, Cura Rector de la Catedral de Caracas, abrió una indagación pública, con propósito de dejar asentados positiva e indiscutiblemente los hechos, de modo que la tradición no olvidara algunos o alterara su memoria. (…) El 8 de septiembre de 1652, dice la investigación llevada a cabo por el Doctor Herrera, se trató de obligar al Cacique a asistir a los oficios divinos. Él se negó a ello, y se retiró a su morada, distante dos leguas de allí. Apenas había llegado, se le apareció la Virgen, con tanto esplendor, que en medio de la noche daba tanta luz como el sol al mediodía. El Cacique, al verla, dijo: ‘¡Oh, Señora!, hasta cuándo me has de perseguir. Bien puedes volverte; no te he de obedecer. Por ti estoy pasando trabajos. Quiero regresar a mis bosques, ahora que me arrepiento de haberlos abandonado’. La mujer del indio le dijo a su marido: ‘No insultes a la Señora; no tengas tan mal corazón’. El indio entonces echó mano a sus flechas, tratando de herir a la Virgen, pero ésta se le aproximó tanto, que no pudo ejecutar sus designios. Él quiso echársele encima, pero ella entonces desapareció, y de nuevo reinó la oscuridad. Al mismo tiempo, el Cacique sintió algo entre sus manos, hizo luz, y vio una imagen de la Virgen; la escondió entre la paja del techo de su choza, y salió al bosque, donde murió, mordido de serpiente. Un niño de doce años encontró la pequeña imagen, y la colgó en su escapulario. Pero en cuanto se supo la cosa, vinieron a buscar la imagen con toda la solemnidad del caso. La transportaron a la Iglesia, la cual muy pronto se transformó en templo digno de la reliquia. A ella acuden de continuo los fieles a tributarle homenajes con profunda veneración. Sólo le ha faltado a la Virgen de Coromoto, para igualarla a Nuestra Señora de Loreto, los tesoros de la Virgen italiana, pues al par de ella, se la considera todopoderosa”. El viajero francés compara a la Virgen de Coromoto con la Virgen de Loreto, la del Santuario mariano más importante de Europa en esa época, donde, por cierto, se originó la Letanía lauretana, que es la que todavía hoy se reza al final del Santo Rosario… Santuario, que, después de los Santuarios de Lourdes y Fátima sigue siendo el Santuario mariano más importante de Europa…

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Con Jesús Señor de la Historia – Nº 1

CON JESÚS SEÑOR DE LA HISTORIA – Nº 1 (11 de junio de 2020)

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CORPUS CHRISTI

La Solemnidad del “Corpus Christi” se celebra el segundo jueves después de Pentecostés, aunque en algunos lugares la celebración se traslada al segundo domingo después de Pentecostés… En realidad, son dos las Solemnidades eucarísticas a lo largo del Año Litúrgico: el Jueves Santo, en que se conmemora la institución de la Eucaristía: la Última Cena, que Jesucristo celebró con sus discípulos, la noche antes de ser entregado; y el “Corpus Christi”, la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, en que el énfasis está más bien en la presencia verdadera, real y substancial de Cristo en el Santísimo Sacramento del Altar, como lo formularía el Concilio de Trento…

La piedad eucarística de Santa Juliana del Monte Cornillón dio lugar a la Solemnidad del Corpus Christi… En ese Monte, cercano a la ciudad de Lieja —actualmente en Bélgica—, estaban establecidas cuatro comunidades de espiritualidad agustiniana, dos de las cuales eran también leprocomios: una comunidad de hombres sanos y otra de hombres enfermos —todos célibes, regidos todos por un mismo Prior—; una comunidad de mujeres sanas y otra de mujeres enfermas —todas célibes, regidas todas por una misma Priora. A la comunidad de mujeres sanas ingresó Santa Juliana, muy joven, a finales del Siglo XII y principios del Siglo XIII, y, con el tiempo, se hizo Priora… De una gran devoción al Santísimo Sacramento, logró, que el Obispo de Lieja, Roberto de Thourotte, sacara en procesión el Santísimo Sacramento por las calles de la ciudad… Como todos los Santos, Santa Juliana tuvo que soportar algunas contradicciones, teniendo que abandonar en el año 1248 la comunidad de Monte Cornillón para refugiarse en Monasterios cistercienses femeninos… En una celda de uno de esos Monasterios falleció en el año 1258, estando el Santísimo Sacramento expuesto…

En Lieja había conocido a Santa Juliana el Canónigo Santiago Pantaleón de Court-Palais, quien, con todo y su origen humilde, llegó a ser Obispo de Verdún, luego Patriarca de Jerusalén —eran los tiempos de las cruzadas— y Papa, con el nombre de Urbano IV.  Durante su corto pontificado, instituyó para toda la Iglesia la Solemnidad del “Corpus Christi” en 1264, apenas seis años después de la muerte de Santa Juliana…

Desde sus inicios, la celebración de la Solemnidad del “Corpus Christi” revistió gran majestuosidad en toda Europa, especialmente también en los pueblos y ciudades de España… No solo los grandes señores, sino también los gremios de comerciantes y artesanos aportaban elementos de carácter popular, como danzas, autos sacramentales, comparsas de gigantes y cabezudos… De España, vino la celebración a América… también a Venezuela…

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In Coena Domini. El Papa a los sacerdotes: déjense lavar los pies

En la noche en el que el más grande se hace pequeño, (cfr. Jn 13, 3-5), el Pontífice improvisa la homilía de la Misa de la Cena del Señor, y da tres palabras claves, Eucaristía, servicio, unción, es decir “la realidad de esta celebración”. Y se dirige a los sacerdotes, a quienes hoy lleva consigo al altar. “Sean grandes perdonadores”, les dice.

Griselda Mutual – Ciudad del Vaticano

El día en que la Iglesia conmemora la Última Cena celebrada por Jesús con sus doce discípulos en «la noche en que iba a ser entregado» (1 Cor 11,23), durante la cual el Maestro instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio cristiano y que marca el inicio del Triduo Pascual, el Papa Francisco celebró la Santa Misa en la Basílica Vaticana. Una Misa inusual, debido a la pandemia en curso, que ve al Sumo Pontífice celebrarla en una basílica semivacía, tras haberla celebrado cinco años en el interior de una cárcel, tras haber lavado los pies de personas privadas de su libertad, de pobres y de refugiados. Este año, esos ritos no están presentes, debido al distanciamiento social pedido por las autoridades para prevenir los contagios. La comunión de la Iglesia es de todos modos latente: en los hogares convertidos en templos domésticos así como en las iglesias y en las comunidades religiosas, gracias también a los medios de comunicación social. 

Eucaristía, servicio, unción

En la noche en el que el más grande se hace pequeño, (cfr. Jn 13, 3-5), el Pontífice improvisa la homilía, y da tres palabras claves al iniciar, a partir de las cuales desarrollará la primera parte de su reflexión: Eucaristía, servicio, unción.

El Señor que quiere permanecer con nosotros en la Eucaristía, y nosotros nos convertimos siempre en sagrarios del Señor: llevamos al Señor con nosotros hasta el punto de que él mismo nos dice que si no comemos su cuerpo y bebemos su sangre, no entraremos en el Reino de los Cielos. Misterio, esto del pan y el vino, del Señor con nosotros, en nosotros, dentro de nosotros.

El servicio: ese gesto que es una condición para entrar en el Reino de los Cielos. Servir, sí, a todos. Pero el Señor, en ese intercambio de palabras que tuvo con Pedro, le hace entender que para entrar en el Reino de los Cielos debemos dejar que el Señor nos sirva, que sea el Siervo de Dios siervo de nosotros. Y esto es difícil de entender. Si no dejo que el Señor sea mi siervo, que el Señor me lave, me haga crecer, me perdone, no entraré en el Reino de los Cielos.

Y el sacerdocio. Hoy quisiera estar cerca de los sacerdotes, de todos los sacerdotes, desde el más reciente ordenado hasta el Papa: todos somos sacerdotes. Obispos, todos… Somos ungidos, ungidos por el Señor; ungidos para hacer la Eucaristía, ungidos para servir.

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El Nazareno de San Pablo y el 19 de abril de 1.810.

Pbro. Ramón Vinke. 7 de abril de 2020, Martes Santo.

EL NAZARENO DE SAN PABLO Y EL 19 DE ABRIL DE 1810.- Más de uno se ha preguntado, por qué la revolución del 19 de abril de 1810 se produjo precisamente un Jueves Santo, el día en que la Iglesia conmemora la Última Cena de Jesucristo con los apóstoles… Oficialmente la jornada del 19 de abril de 1810 comenzó a las ocho de la mañana; de hecho, en la madrugada habían tenido lugar algunos preparativos… Pero, la historia debe relatarse desde la tarde anterior, como lo hizo el célebre historiador Dr. Lucas Guillermo Castillo Lara, hermano del Cardenal Rosalio José Castillo Lara, ambos ya fallecidos: “La reunión conspiradora de la tarde había tenido lugar casa de Manuel Díaz Casado. Las otras, casa del Alcalde José de las Llamozas para convencerlo y casa de Valentín Ribas y Herrera, (…), para confirmar su adhesión. Por ultimo, en esas horas de la noche, la postrera y decisiva, en casa de José Ángel Álamo, (…)”. Es decir, que entre la tarde y la noche del Miércoles Santo hubo varias reuniones conspirativas… Las celebraciones de la Semana Santa, en general, y la procesión del Nazareno de San Pablo, el Miércoles Santo por la noche, en particular, le brindó a los Padres de la Patria el subterfugio necesario para poder reunirse a ultimar los detalles de aquella revolución… No es exagerado decir, entonces, que tan importante paso hacia la Venezuela libre e independiente, como lo fue el 19 de abril de 1810, se produjo bajo el amparo y protección del Nazareno de San Pablo.